Efemérides.- Fallecimiento de Inés Ramírez Cuenca

Fecha publicación en la web: 01/09/2020 | 1.070 Visitas

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Inés Ramírez, y como bien se la conocía Inés «la Romanona», nació el día 13 de septiembre de 1927 y fue nombrada Camarera de Honor de nuestra Archicofradía en el año 2002. Su casa siempre estuvo a disposición de de nuestra Corporación, cediendo su casa para el reparto de velas de la Virgen de las Ánimas, lugar donde los hombres de la despedía se ataviaban para dicho acto y un sin fin de diferentes momentos los que se podía vivir en dicha vivienda. Inés nos dejó y se junto a nuestro Padre el 25 de diciembre del año 2004.

Os dejamos una entrevista, que la Revista Nazareno de las Torres, le realizó en el año 2004.

Hace algunos meses, Paco Lucas, con una mano en el bolsillo del pantalón y la otra sobre mi hombro, me dijo que tenía un encargo para mí: hacer una entrevista para la revista de la Archicofradía a una mujer, Inés «la Romanona».

Yo la conocía de vista nada más, bueno, de vista y de oído, porque hay un recuerdo de mi niñez asociado a esta mujer bajita y regordeta: el de su voz cantando en la iglesia y llenándola toda.

Confieso que mientras me dirigía hacia su casa esperaba encontrar a una mujer postrada y algo pocha, pero nada más traspasar la puerta y presentarme, me encontré con que Inés tiene más vitalidad y energía que yo, una memoria prodigiosa y unos ojos que son como dos ventanas abiertas a otra época, a otro tiempo y que, en ningún momento, mientras duró la entrevista, dejaron de mirar a los míos. Porque Inés es de las personas que mira directamente a los ojos de la gente, sin dobleces, con naturalidad.

Fueron tantas las cosas que me contó que resumirlas aquí seria harto difícil, porque además va encadenando una cosa con otra y acabas dejando el bolígrafo y abriendo la boca mientras la escuchas revivir de nuevo sus recuerdos y sensaciones.

Se me pidió una entrevista y he hecho lo que he podido. Tened consideración conmigo porque en mucho ha superado el entrevistado al entrevistador.

Inés, siempre ha vivido usted aquí en la Plaza?

Sí, siempre. Setenta y cinco años desde que nací el 13 de septiembre de 1927.

¿De dónde le viene el nombre de «Romanona»?

A mi padre le decían «Rebusco», y un día en la Plaza unos chiquillos de una «pedrá» le rompieron el tobillo. La «mili» la hizo en el hospital en el que se pasó casi un año, porque un día haciendo la instrucción se desplomó y dijo que no andaba más, y cuando el oficial al mando le increpó, le contó lo que le había pasado en el pie.

Total, que cuando volvió al pueblo llegó a la taberna y Pepe Trujillo el del Cortijo «el gato», cuando lo vio llegar decidió «bautizarlo» con el nombre de «Romanones», porque por lo visto el Conde de Romanones y mi padre eran como dos gotitas de agua, como si fueran mellizos.

Hay un recuerdo de mi niñez que tengo asociado a la parroquia, y es el sonido de su voz cantando durante la celebración de la Misa. ¿Siempre ha tenido usted esa potencia de voz?

Siempre he tenido la misma voz, aunque me sentara en la última fila se me escuchaba (Aquí me cantó una canción de la Compañía de Jesús).

Estuve doce años cantando en la iglesia, desde los nueve hasta los veintiuno. Yo cantaba con Rafaela Zamudio, Concha y Dolorcita la Rubia, Concha la de Felipe… Mira, beata no soy, pero creo a punto «cerrao». Del mundo no me creo nada, pero lo de «arriba» es otra cosa Niña, cuando levantan al Señor en la Consagración, todo el mundo está en silencio, pero yo rezo una oración muy antigua en voz bajita:

Alzando están al Señor y yo no lo veo, Lo verá mi alma que es lo que deseo Dios mío, Dios mío, Dios mío, Dale salud a mis hijos y a mis nietos Y libranos de todo mal.

¿Cómo recuerda la Semana Santa de cuando era eran, casi siempre, hombres maduros, se veían muy usted más joven? ¿Hay mucha diferencia?

¡Anda que no ha cambiado «na»!, yo que he cantado saetas en todos los balcones y ahora no canto ni la trilla. Si Antes lo llevaban gente de más peso, gente madura, que han cambiado mucho las cosas sí. Yo he cantado muchos hombres casados, tú me entiendes. Jóvenes, jóvenes… no, novenas, todas las canciones del mundo…. ahora no se gente madura: Frasquito «Sardina» y su hermano, mi primo cantan. ¡Ojalá pillara yo más cerca a Antonio Jesús, el “Manitas” … hermano de Paco Lucas! ¡La de canciones que le iba yo a enseñar!

Pero vaya, antes igual que ahora, la gente se juntaba en llamaba, entró con unos zapatos cerrados en vez de con los bares a comer y beber esperando que pasaran los Santos.

Tengo entendido que el Viernes Santo los hombres que van a hacer la «Despedía» se preparan en su casa. ¿Cómo empezó esta costumbre?

Pues no lo sé. De toda la vida. Aquí se visten y de aquí salen, hasta las velas de las Ánimas se reparten aquí. Bueno, y los «paracas» gordos al balcón de arriba a verlo todo.

La voy a poner en un compromiso, ¿quién le tira más, Jesús o las Animas?

Los dos son iguales (para demostrarlo me enseña un gran cuadro del Señor que tiene en el saloncito y otro grande también de la Virgen de las Animas en la subida de las escaleras), pero el Señor llena mucho.

Niña, asomando por la Calle Ancha y el pelito moviéndose… ¡Ay!, se te ponen los vellos de punta. Nosotros beatos no, pero desde siempre pegados al Señor

Hace un año la nombraron Camarera de Honor, ¿qué sintió usted cuando escuchó su nombre?

Mira, tantas canciones como he cantado, tantas coplas como he enseñado a la gente leal, cristiana de veras y que hasta ese día nadie se hubiera acordado de mi es muy de agradecer y no se me olvidara nunca. A Paco Lucas tengo que agradecérselo…

¡Que mi casa no rezara para nada, no estaba bien! Pero al final, al que se lo merece no le hacen homenajes, y al que no se los merece se los dan para hacerle la rosca.

¿Cuántos hijos tiene usted?, son todos del Señor o alguno es de la Hermandad de la Virgen de los Dolores?

Tengo cuatro hijos, tres varones y una hembra, y estoy muy orgullosa de ellos, sobre todo de mi niña.

En las fotos e imágenes antiguas de Semana Santa, los portadores de trono eran casi siempre, hombres maduros, se veían muy pocos o casi ningún joven. ¿No había costumbre antes de que llevaran el trono los jóvenes?

Antes lo llevaban gente de más peso, gente madura, hombres casados, tú me entiendes. Jóvenes, jóvenes… no, gente madura: Frasquito “Sardina” y su hermano, mi primo “Manitas” …

Me acuerdo todavía de cuando se cayó el Cristo de la Columna porque uno de los portadores, Pepe el Arriero se unas alpargatas a la iglesia y se resbaló por la cera en el cancel, y al trastabillar la imagen se fue al suelo. Esto ocurrió antes de la guerra, cuando las cosas empezaron a ponerse raras, este hombre se tuvo que ir del pueblo porque la gente creyó que había tirado la imagen a posta.

¿Qué echa de menos en la Semana Santa actual?

Echo de menos el ambiente sano del pueblo que había antes, no el de ahora. A la Semana Santa de ahora le falta «to». No se hacen las cosas en condiciones. Falta unión entre las Cofradías. Hay que dejarse de tanto discutir y unirse todos para hacer las cosas en condiciones ¡coño!

Inés no dejó de contarme anécdotas, cantarme canciones que solo ella recuerda (su memoria es prodigiosa) y recitarme oraciones como la de San Antonio de Padua y la de Santo Tomás, al que por cierto le tiene mucha devoción porque nunca le han fallado cuando ha recurrido a él.

Muchas de las cosas que me contó me vais a permitir que las guarde para mí, así como la promesa de volver otro día a seguir oyéndola.

Desde aquí le doy las gracias por haberme dado la oportunidad de conocerla personalmente y por atenderme tan amablemente en su casa.

Gracias Inés, por seguir guardando en la memoria un tiempo y unas costumbres tan valiosas. No es usted una mujer grande, sino una gran mujer.

Antonia María Luque Rivas

Revista Nazareno de las Torres, año 2009

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