Al final pudo ser…

Queridos Hermanos y hermanas de Jesús somos muchos los estamos esperando que pasen los día para ver a Nuestro Padre Jesús en la calle un año más, aunque somos muchos los que lo vemos cada Domingo o cada vez que acudimos a la Parroquia los que tenemos la oportunidad de verlo, de hablar con Él, descargar nuestra carga diaria .Pero luego existen personas que por distintos motivos viven el año esperando verlo en las calle, por nuestra puerta o desde el balcón.

Otros lo esperan de forma distinta como de la última vez se tratara y este es el caso de nuestra querida Victoria Zamudio Márquez que lleva mucho tiempo enferma con muchos dolores pero

Que entre dolor y dolor busca un momento para reclamar a Nuestro Padre que lo tiene que ver, según ella por última vez y así llegó el día pero el tiempo o más bien los adelantos de hoy sobre los partes del tiempo se pusieron por medio del camino de Nuestro Padre y Victoria y recuerdo perfectamente como en la explanada de las Torres su hija Marisa, me decía desde el corazón que no iba a llover y que su Madre tenía que verlo por su puerta. Difícil como Hermano Mayor es tener que tomar la medida de recortar por temor a la lluvia más aun cuando conoces y quieres a la persona que está aguantando a vivir para ver por última vez a Nuestro Padre y ves que tú lo haces imposible.

Le pedí en mi interior a Nuestro Padre que me dejara de llevarlo hasta la calle Santa Ana y que Victoria pudiera verle y así ocurrió amaneció un Viernes brillante con un sol espléndido y entonces acompañe a Nuestro Padre hasta llegar a la plaza Santa Ana y entonces me marcha camino de la Casa de Hermandad como el cargo me obliga y de camino pude visitar a Victoria y la verdad mereció la pena poder entrar y darle a lo mejor mi último abrazo a una persona que he apreciado mucho y de la que he disfrutado mucho junto a su esposo Pepe Segura al que también acompañe en la última etapa de su vida y que me hizo de pasar buenos momentos.

Son personas que aunque no te tocan nada la trata un poco y los consideras como familia y personas que se hacen querer. Fue para como un milagro poder entrar a ver a Victoria y poder abrazarle y comunicarles que el Señor de las Torres estaba a punto de llegar. Cuantas cosas le diría y pediría y al mismo tiempo cuantos encargos para los seres queridos que deja con nosotros. Seguro que Nuestro Padre le escucho y hará todo lo que le pidió y seguro que durante ese momento se les quitó los dolores y todos los males aunque fuera solo en ese instante.

A Nuestro Padre Jesús Nazareno de las Torres le damos las gracias por ese momento tan bonito y le pedimos que allí junto a Él la tenga en lugar preferente y forme parte de la Hermandad Celestial Y desde allí junto a otros seres queridos que ya partieron nos envíen la Luz De La Resurrección. Que así sea…

Ildefonso Mayorga Berrocal

Hermano Mayor

Álora, 25 de Abril de 2012

Victoria Zamudio Márquez nació el 1 de agosto del año 1922 y falleció el 24 de abril del año 2012. (1922-2012)

En memoria de Victoria Zamudio Márquez

“Vitorita” la llamábamos,
con cariño y amistad,
era mujer presumida,
viva ocurrente y jovial.
Incluso estando en la cama
durante su enfermedad,
con la sonrisa en los labios
siempre procuró agradar
a todas las amistades
que la iban a visitar.
Nos ha dejado un ejemplo
en este mundo a imitar
de fervorosa cristiana
por su fe y conformidad,
junto al amor de sus hijos
que siempre pudo gozar,
de amigos y cofrades
de su querida Hermandad,
y el recuerdo de Pepito
al que no logró olvidar
Jesuita hasta la médula,
dio con liberalidad
lo que en su casa tenía
cuando el trono en su portal
se paraba, y los hermanos,
“paracas” y los demás
reponían sus fuerzas para
el camino reanudar.
La última Semana Santa
Jesús en su caminar
se detuvo en su ventana,
siempre abierta, una vez más.
Unas jornadas más tarde,
cuando el sol volvió a brillar,
en su justa correspondencia
a su generosidad,
el Nazareno le abrió
su pecho de par en par.

Adelaida García Morales.
Álora, diciembre 2012